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Oraciones 2

Ángeles Guardianes y Espíritus Protectores


Espíritus prudentes y benévolos, mensajeros de dios, cuya misión es la de asistir a los hombres y conducirlos por el buen camino, sostenedme en las pruebas de esta vida, dadme fuerzas para sufrirlas sin murmurar, desviad de mi los malos pensamientos y haced que no de acceso a ninguno de los malos espíritus que intentan inducirme al mal.
Iluminad mi conciencia para que pueda ver mis defectos, separad de mis ojos el velo del orgullo que podría impedirme el verlos y confesármelos a mi mismo.
Vos, sobre todo..... mi ángel de la guarda, que veláis mas particularmente sobre mi y vosotros espíritus protectores que tomáis interés por mi , haced que me haga digno de vuestra benevolencia. Conocéis mis necesidades, haced pues que me sea concedida gracia según la voluntad de dios.
Para los Médiums


Dios, todo poderoso, permitid a los buenos espíritus que me asistan en la comunicación que solicito, preservadme de la presunción de creerme al abrigo de los malos espíritus; del orgullo que pudiera ofuscarme sobre el valor que obtenga; de todo sentimiento contrario a la caridad con respecto a los otros médiums, si soy inducido en error, inspirada a alguno el pensamiento de que me advierta y a mi la humildad que me hará aceptar la critica con reconocimiento, tomar para mi mismo y no para otros, los consejos que se sirvan darme los buenos espíritus.
Si por cualquier concepto intentase abusar o envanecerme de la facultad que habéis tenido a bien concederé, os ruego que me la retiréis, antes de permitir que la desvíe de su objeto providencial, que es el bien de todos y mi propio adelantamiento moral.
Padre nuestro y Ave María........
PARA LOS RECIEN FALLECIDOS


¡Dios Todopoderoso! Que vuestra misericordia se extienda sobre esa alma que acabáis de llamar a vos. ¡Que las pruebas que ha sufrido en esta vida les sean tomadas en cuenta, y nuestras oraciones puedan aliviar y abreviar las penas que tenga que sufrir como espíritu Espíritus buenos que habéis venido a recibirle, y sobretodo vos, su ángel de la guarda, asistidle para ayudar a despojarse de la materia; dadle la luz y la conciencia de sí mismo, con el fin de sacarle de la turbación que acompaña al tránsito de la vida corporal a la vida espiritual. Inspiradle el arrepentimiento de las faltas que haya cometido y el deseo de que le sea permitido repararlas, para activar su adelantamiento hacia la vida de eterna bienaventuranza.
Hermano... acabas de entrar en el mundo de los espíritus y, sin embargo, estas presente entre nosotros: nos oyes y nos escuchas; porque no hay más diferencias entre tú y nosotros que el cuerpo perecedero que acabas de dejar y que pronto se reducirá a polvo. Has dejado la grosera envoltura sujeta a las vicisitudes y a la mente, y sólo conservas la envoltura eterna e imperecedera. Si no vives ya por el cuerpo, vives de la vida de los espíritus, y esta vida esta exenta de las miserias de la humanidad.
Tampoco tienes el velo que oculta a nuestros ojos los resplandores de la vida futura; de hoy en adelante podrás contemplar nuevas maravillas, mientras que nosotros estamos aún sumergidos en las tinieblas.
Vas a recorrer el espacio y visitar los mundos con toda libertad, mientras que nosotros nos arrastramos penosamente sobre la tierra, en que nos tiene nuestro cuerpo material, semejante para nosotros a una carga muy pesada.
El horizonte del infinito va a desarrollarse delante de ti, y en presencia de tanta grandeza comprenderás la vanidad de nuestros deseos terrestres, de nuestras ambiciones mundanas y de nuestros goces fútiles de los que los hombres hacen sus delicias.
La muerte es sólo para los hombres una separación material de algunos instantes. Desde el lugar del destierro donde nos retiene aún la voluntad de Dios, así como los deberes que tenemos que cumplir en la tierra, te seguiremos con el pensamiento hasta el momento en que se nos permita reunirnos a ti, así como tú te has reunido con los que te han precedido.
Si nosotros no podemos ir a tu lado, tu puedes venir al nuestro. Ven pues, entre los que te aman y has amado; sostenles en las pruebas de la vida, vela por los que te son queridos, protégeles según tu poder, y calma sus pesares con el pensamiento de que eres más feliz ahora y la consoladora certeza de estar reunidos un día en un mundo mejor.
En el mundo donde estás deben extinguirse todos los resentimientos terrestres. ¡Que a ellos sea inaccesible para tu felicidad futura! Perdona pues, a los que han podido hacerte algún agravio, para que ellos te perdonen en lo que tu piedas haberle echo. amen
ORACIÓN Al EMPEZAR LA REUNION


Rogamos al Señor Todopoderoso que nos envíe buenos espíritus para asistirnos, alejen a los que pudieran inducirnos en el error, y que nos de la luz necesaria para distinguir la verdad de la impostura.
Separad también a los espíritus malévolos, encarnados o desencarnados, que podrían intentar poner la discordia entre nosotros y desviarnos de la caridad y el amor al prójimo. Si alguno pretendiera introducirse aquí, haced que no encuentre acceso a ninguno de nosotros.
Espíritus buenos que os dignáis a venir aquí a instruirnos, hacednos dóciles a vuestros consejos y desviad de nosotros el egoísmo , la envidia y los celos, inspirando indulgencia y benevolencia para nuestros semejantes presentes y ausentes, amigos y enemigos, haced en fin, que en los sentimientos de caridad, humildad y abnegación de que nos sintamos animados , reconozcamos vuestra saludable influencia.
A los médium a los que encarguéis de transmitirnos vuestras enseñanzas, dadles la conciencia de la santidad del mandato que les ha sido confiado y de la gravedad del acto que van a cumplir, con el fin de que tengan el fervor y el recogimiento necesarios.
Si en esta reunión se encontrasen personas que fuesen atraídas por otros sentimientos que no sea el del bien, abridles los ojos a la luz y que Dios les perdone si vienen con malas intenciones. Rogamos muy particularmente al espíritu de nuestro guía espiritual, que nos asista y vele sobre nosotros.