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Acerca de mi


Quien soy:


Soy una persona muy espiritual, creo en un Dios único; considero que cada uno de los seres humanos que habitamos en este planeta tenemos en nuestro interior un pedacito de ese Dios y juntos hacemos la providencia divina.

Desde los 5 años me crié al lado de mi madre que visitaba un centro espiritual cada domingo del mes. Se reunían allí muchas personas para rezar cantar y hacer un cordón espiritual. Los niños y las niñas nos quedábamos fuera jugando en el portal, que era muy grande cuando empezaba la misa, como decimos en cuba yo me ponía nerviosa y no quería jugar; quería entrar. Entonces empezaba a llorar para entrar hasta que los médiums y espiritistas decidieron finalmente que entrara a participar. Recuerdo aquella casa grande y con un altar bello y todos sentados a la redonda, una paz infinita en ese bello pueblo de Contramaestre Santiago de Cuba.

A los 9 años me internaron en una escuela militar,  allí recuerdo los niños y niñas se enfermaban y entonces poniéndole la mano y con un poco de colonia mejoraban. Por lo que siempre en mi cole a pesar de ser militar; después pase a otro ya no militar;  me decían mis amigas y maestros la brujita de la escuela.

Mi vida siguió ya con 15 y 17 años curaba con las manos a los niños mayores etc., pero porque me apetecía hacerlo. Mis vecinos, mi familia cuando sabían que alguien estaba enfermo me llevaban a curarle. Yo siempre les cantaba muchas canciones que aprendí en ese centro y que gracias a Dios hasta hoy me ayudan cada día.


Mi vida fue limpia bonita ingrese en la universidad y ya no tenia mucho tiempo para ayudar a la gente durante la semana. Entonces decidí hacer el centro espiritual en mi casa y a la edad de 22 años, me reunía con mis espiritistas y allí curábamos cantábamos, el primer domingo de cada mes en pleno centro de La Habana Cuba. Nunca se cobro dinero por nada, era algo superior que te inspiraba a ayudar y a curar. Mis abuelos que decían “Mi espiritista que Dios la tenga en la gloria”.

Tías, primas y hermanas siempre que tenían problemas venían a mi casa... En fin historia es larga y bonita; he sido muy feliz con mi familia, amistades e hijos. Gracias Dios.

Mi vida siguió ya con 15 y 17 años curaba con las manos a los niños mayores etc., pero porque me apetecía hacerlo. Mis vecinos, mi familia cuando sabían que alguien estaba enfermo me llevaban a curarle. Yo siempre les cantaba muchas canciones que aprendí en ese centro y que gracias a Dios hasta hoy me ayudan cada día.

Mi vida fue limpia bonita ingrese en la universidad y ya no tenia mucho tiempo para ayudar a la gente durante la semana. Entonces decidí hacer el centro espiritual en mi casa y a la edad de 22 años, me reunía con mis espiritistas y allí curábamos cantábamos, el primer domingo de cada mes en pleno centro de La Habana Cuba. Nunca se cobro dinero por nada, era algo superior que te inspiraba a ayudar y a curar. Mis abuelos que decían “Mi espiritista que Dios la tenga en la gloria”.

Tías, primas y hermanas siempre que tenían problemas venían a mi casa... En fin historia es larga y bonita; he sido muy feliz con mi familia, amistades e hijos. Gracias Dios...!